miércoles, 31 de octubre de 2012

Leiva VS. Ferreiro, un duelo con el que ganamos todos

La música. O mejor dicho, LA MÚSICA. ¿Quién no recuerda cada momento de su vida con una canción de fondo? ¿A quién no le recuerdan los acordes de un tema momentos ya vividos y sensaciones ya sentidas? ELLA es capaz de hacerte llegar a casa con una sonrisa, pensando que has vivido uno de los mejores conciertos de tu vida. TANTO POR TAN POCO. Ella, o ellos, como es en este caso. Iván Ferreiro y Leiva, Leiva e Iván Ferreiro. CANCIONES.

El lunes 29 de octubre se retaron al único duelo en el que todos salían ganando. ¿El lugar? Galileo Galileo. ¿Las armas? Un puñado de canciones. ¿El premio? El suyo no lo sé, pero el de los asistentes fue vivir un concierto memorable. Allí salió el gallego a poner las normas con un gran sentido del humor: "Esto es un duelo, quiero silencio. Aquí se viene a escuchar. Si cantáis me veré obligado a parar el concierto y buscar otra fecha en otra sala muy lejos de aquí". Leiva, tímido, tardó más en soltarse delante del micrófono.

Y después de eso el espectáculo. El primer disparo fue de Iván. Teclado y voz, no hacía falta más. Un Me toca tirar tarareado por el público. Respondía Leiva, con ventaja, cuya Nunca nadie es un hit y permitía a la gente participar al unísono. Y por fin la mezcla: Ciudadano A, mezclada magníficamente y el porno aterciopelado de Champagne, que empezaba a acalorar a los asistentes, metidos en el show desde el principio.


De ahí a la pólvora solo había una letra: la M. O bueno, la Eme. Las dos seguidas, a modo de aperitivo, la invitación total a que 500 voces se unieran a las suyas. El ex Pereza se disfrazaba de 'Pirata' e Iván se la devolvía con su tema. A partir de ahí éxito tras éxito e incumplimiento total de las normas de Ferreiro. Éxtasis del público provocado por la fuerza que estos dos artistas tienen sobre el escenario. El directo de Leiva es espectacular, maravilloso, capaz de llena todos los rincones de la sala. Lo de Iván son tablas mezcladas con mucho arte. Una manera de mezclar intimismo con exhibicionismo, el suyo, su capacidad para dejarte con la boca abierta.

Sonaba Leiva, Iván Ferreiro, Los Piratas y Pereza en un solo show. Miedo y Aproximación tuvieron cabida y la gente se vino arriba con Por mi tripa, de lo mejor de la noche. Increíble interpretación a medias. Destruye, de Los Ilegales, y Crímenes perfectos, del maestro Calamaro, que ya circulaba por la red, fueron las versiones del concierto.


El madrileño fue el único que pudo cantar una canción solo sobre el escenario, su impresionante Vis a vis. Según él, Ivan le "dio una patada en el culo y al escenario en soledad". Y valió la pena que lo hiciera. Pero me quedo con tres momentos. Promesas que no valen nada seguida de Insurrección  terminaba con la primera parte del concierto con el público en su nivel más alto de integración con los artistas, pero el subidón vendría al final. Lady Madrid, con César Pop sobre el escenario, recordaba lo mejor de Pereza y el final del concierto lo marcaba la enorme e indescriptible Turnedo con Amaro Ferreiro. Todas las voces en solo una canción, el corazón en un momento, las emociones en unas cuantas frases.

Uno hora y media (quizás un poco corto, por ponerle una pega) de ensueño. Buenas canciones y dos artistas entregadísimos a un público que salió de allí con una sonrisa en la boca. Eso lo provocaron Iván y Leiva cantando un 29 de octubre en una pequeña sala de Madrid que tuvo la suerte de vivir un momento único (aunque no estaría mal que se fueran de gira así).

Eso es lo que consigue la música.

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