'Lucha de Gigantes', música e ilusión

Y llegó el día... 

Llevaba muchísimo tiempo dudando, buscando una razón para volver aquí, a hacer esto, a tener ganas por un proyecto que empecé hace poco menos de un año y que abandoné hace casi seis meses definitivamente. Sin saber cómo, la encontré, pero no sé cual es. O bueno, si lo sé. Son unas cuantas personas/referentes que he encontrado por el camino a lo largo de estos meses. Personas que, sin quererlo, me han animado a reconducir esta locura. Y digo que sin quererlo porque ellos no me han dicho que volviese a escribir en ningún momento, pero veía las ganas que ellos le ponían a todo lo que hacían y me acordé de lo que yo buscaba cuando abrí ese primer "Proyecto de periodista por el mundo" (menudo asco de nombre, por cierto...).

La ilusión que sentí esos primeros meses sigue aquí, no la he perdido en absoluto, pero las ocupaciones me absorbieron tanto que tuve que dejarlo. Hoy he decidido volver con un nuevo nombre, un nuevo diseño, la misma ilusión que antes y muchísimas más ganas. Como veréis, retomo el blog donde lo dejé en su día porque para mí esto es una continuación del proyecto. Entrevistas a Pancho Varona o La sonrisa de Julia se quedaron en el tintero y quiero que, aunque haya pasado el tiempo, vean la luz. Tanto Pancho como Marcos se lo merecen.

Mucha gente me dice que el nombre no pega, mientras que los que saben de lo que hablo parecían tan ilusionados como yo. 'Lucha de Gigantes' no es el juego de palabras que buscaba desde el principio, pero sí es una de las canciones de mi vida y mi particular homenaje a la gran figura que fue, y aunque en paz descanse sigue siendo, el maestro Antonio Vega.



Además, y viendo que aquí se viene hablar de música, gracias a este tema conocí a dos de mis vicios musicales más actuales que tendrán mucha cabida por este pequeño hueco del ciberespacio. Supongo que la habréis escuchado, pero esta versión que hicieron Santi Balmes y Zahara es uno de esos tesoros que tendrían que sonar a todas horas y en todos los lugares.



Sin más, me despido, prometiendo constancia y el mejor hacer posible. Esto no es trabajo, es ilusión.

Esto es música, y sin música estamos vacíos.